Reproducción Póstuma. Soldados de Ucrania podrían tener hijos aún después de un posible deceso durante la guerra. La esencia del Amor heredada en un hijo – Dr. Oscar Rubelio Ramos Gómez. 

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Desde el año 2023, muchos de los soldados ucranianos decidieron congelar sus espermatozoides durante la guerra contra Rusia. El objetivo era que si morían pudiesen tener un hijo aún cuando ellos ya no estuviesen vivos. 

Actualmente las mujeres que lamentablemente perdieron a sus esposos en la guerra, solicitaron al gobierno de Ucrania el cambio de leyes para que pudiesen llevar a cabo el proceso científico-tecnológico para poder fecundar sus óvulos con dichos espermatozoides. 

Hasta hace algunos días de este año 2024, el gobierno de Ucrania reconoció el derecho a la reproducción póstuma de los militares caídos en guerra. Según el diario Forbes indicó que: “El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, firmó hoy una ley que permite a los militares que así lo deseen congelar sus células reproductivas para que éstas puedan ser utilizadas para que tengan descendencia mediante técnicas de reproducción asistida después de su muerte.”

Las leyes planteaban la destrucción de las células reproductivas después de muerta la persona, sin embargo, esto lo cambia todo debido a la situación actual del país en cuestión. 

Este acto plantea muchas situaciones e interrogantes al respecto. Primero porque resulta ser una medida que de alguna manera preserva el material genético y la reproducción de la genética ucraniana. 

Aunque una de las principales razones es sin duda la reproducción de la persona y que, en esencia, mantiene viva una parte de su ser. Pues lo que indica una decisión de este tipo, es que las parejas de los militares decidieron o van a decidir mantener a la persona que aman y amaron, por medio de un hijo. 

Ya no se trata de la reproducción por sí misma, es decir, del hecho de decidir tener un hijo con cualquier persona; sino que, la determinación de las mujeres, sus novias o esposas hayan decidido utilizar los espermatozoides de sus difuntas parejas, novios o esposos, es un acto que trasciende el simple hecho de la reproducción y puede ser considerado como un acto de amor puro en el que será traspasado hacia un hijo. 

No se trata de cualquier material genético, sino de aquél al que pertenece al hombre que esas mujeres amaron, quisieron y pasaron algún tiempo con ellos antes y durante la guerra. Y dicha decisión es sumamente consciente ya que “ellos” dejaron esa pequeña parte de su ser para construir un ser nuevo; ese que aún no existe pero que algún día sabrá del sacrificio de su padre y de su madre. 

Lo bien cierto es que los avances de la ciencia y la tecnología han permitido que este tipo de eventos se estén logrando gracias al tratamiento de las células en el laboratorio y la fecundación a través de diferentes procedimientos que permitirán la creación de un nuevo ser. 

Aunque siempre habrá otras sectores de la sociedad que se planteen si: “¿No estamos jugando a ser dioses con estas decisiones?, ¿estaremos forzando el destino y las implicaciones que ello conlleva? 

Lo bien cierto es que hoy es una realidad bajo ciertas circunstancias que propiciaron la reproducción póstuma. ¿Estaremos hablando de una época de la reproducción póstuma?


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