¿Qué es la media naranja? La Historia de Amor de Aristófanes y el ser Andrógino – Dr. Oscar Rubelio Ramos Gómez

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Este mito e historia de amor se remonta a la época clásica, en específico de la Grecia Antigua, es decir más de 2 mil años atrás. Este mito se encuentra en el Libro de Platón titulado “El Banquete” o también llamado Apología de Sócrates:

Agatón había organizado una fiesta, una cena ofrecida a distintos personajes como Sócrates, Alcibíades, Erixímaco, Fedro, Aristodemo y Aristófanes. El tema del que estaba hablando y compartiendo en esa cena era sobre el Amor.

Cada uno de ellos exponía su punto de vista sobre este sentimiento, hasta que Aristófanes tomó la palabra y platicó la siguiente historia sobre el Amor y el Mito de la Media Naranja, explicó que los seres humanos estaban compuestos de un ser llamado Andrógino, un ser completo, perfecto y total.

En otro tiempo la naturaleza humana era muy diferente de lo que es hoy. Había tres clases de hombres: los dos sexos que hoy existen, y uno tercero, compuesto de estos dos. Este animal formaba una especie particular, y se llamaba andrógino, porque reunía el sexo masculino y femenino. Todos los hombres tenían formas redondas, la espalda y los costados colocados en círculo, cuatro brazos, cuatro piernas, dos fisonomías, unidas a un cuello circular y perfectamente semejantes, una sola cabeza, que reunía estos dos implantes opuestos entre sí, dos orejas, dos órganos de la generación y todo lo demás en esta misma proporción. Cuando deseaban caminar ligeros, se apoyaban sucesivamente sobre sus ocho miembros, y avanzaban con rapidez mediante un movimiento circular, como los que hacen la rueda con los piés al aire. De estos principios recibieron su forma y su manera de moverse, que es esférica. Los cuerpos eran robustos y vigorosos y de corazón animoso, y por esto concibieron la atrevida idea de escalar al cielo y combatir con los dioses. Júpiter examinó con los dioses el partido que debia tomarse. Júpiter se expresó en estos términos: Creo haber encontrado un medio de conservar los hombres y hacerlos más circunspectos, y consiste en disminuir sus fuerzas. Los separaré en dos, así se harán débiles y tendremos otra ventaja, que será la de aumentar el número de los que nos sirvan; marcharán rectos, sosteniendose en dos piernas sólo, y si después de este castigo conservan su impía audacia y no quieren permanecer en reposo, los dividiré de nuevo, y se verán precisados a marchar sobre un solo pie. Después de esta declaración, el dios hizo la separación que acababa de resolver, y la hizo lo mismo que cuando se cortan huevos para salarlos, o como cuando con un cabello se los divide en dos partes iguales. En seguida mandó a Apolo que curase las heridas y colocase el semblante y la mitad del cuello del lado donde se habia hecho la separación, á fin de que la vista de este castigo los hiciese más modestos. Apolo puso el semblante del lado indicado, y reuniendo los cortes de la piel sobre lo que hoy se llama vientre, los cosió a manera de una bolsa que se cierra, no dejando más que una abertura en el centro, que se llama ombligo. En cuanto a los otros pliegues, que eran numerosos, los pulió, y arregló el pecho con un instrumento semejante a aquel de que se sirven los zapateros para suavizar la piel de los zapatos sobre la horma, y sólo dejó algunos pliegues sobre el vientre y el ombligo, como en recuerdo del antiguo castigo. Hecha esta división, cada mitad hacía esfuerzos para encontrar la otra mitad de que había sido separada; y cuando se encontraban ambas, se abrazaban y se unían, llevadas al deseo de entrar en su antigua unidad, con un ardor tal, que abrazadas perecieron de hambre e inacción, no queriendo hacer nada la una sin la otra. Cuando la una de las dos mitades perecía, la que sobrevivia buscaba otra, a la que se unia de nuevo, ya fuese la mitad de una mujer entera, ya fuese una mitad de hombre; De aquí procede el amor que tenemos naturalmente los unos a los otros; él nos recuerda nuestra naturaleza primitiva y hace esfuerzos para reunir las dos mitades y para restablecernos en nuestra antigua perfección. Cada uno de nosotros no es más que una mitad de hombre, que ha sido separada de su todo, como se divide una hoja en dos. Es- tas mitades buscan siempre sus mitades. Los hombres que provienen de la separación de estos seres compuestos, que se llaman andróginos, aman las mujeres. Esto es, el deseo de estar unido y confundido con el objeto amado, hasta no formar más que un solo ser con él. La causa de esto es que nuestra naturaleza primitiva era una, y que éramos un todo completo, y se da el nombre de amor al deseo y prosecución de este antiguo estado. Primitivamente, como he dicho, nosotros éramos uno; pero después en castigo de nuestra iniquidad nos separó Júpiter. (Platón, 2005, p. 505). 

En la vida amorosa, la media naranja se refiere a la búsqueda continua de una “alma gemela”, de una mitad que fue separada en la vida de las personas y que están en esa continua exploración por hallarla; una mitad que los hace felices y que en conjunto se convierte en un complemento perfecto.

¿Por qué se dice que es una “mitad” y no una “naranja completa”? Primero hay que entender que lo que Aristófanes explica en su historia, no hace referencia a un estado social o personal de construcción intelectual de cada individuo, sino que parte de una historia para describir al ser perfecto que construye el Amor, es decir, a partir de un sentimiento o una emoción, o ambas.

De esta manera Aristófanes planteaba la idea de que los seres humanos, al ser Andróginos, estaban completos; sin embargo, al ser separados por una supuesta osadía de creerse superiores, nace una necesidad fisiológica, esencial y sentimental de buscar a esa otra persona que nos fue separada.

Este pasaje y relato puede interpretarse de muchas maneras, de modo que puede retomarse con un sentido práctico para argumentar una idea precisa de lo que es o no el Amor. Lo bien cierto es que el mito, historia y relato de la media naranja es una explicación metafórica sobre por qué buscamos juntarnos con otra persona y amarnos mutuamente.

La media naranja también nos da una explicación sobre el “abrazo”, puesto que esa necesidad de sentir el cuerpo del otro y enlazar los brazos y los dedos de las manos con el ser amado debería de tener una explicación, y en esas épocas las mitologías servían bastante bien para dar una explicación sobre nuestro comportamiento en una relación amorosa.

Cabe destacar que la media naranja contiene una serie de explicaciones en las que la unión hace más fuerte a cualquiera, y esa unión, ese complemento nace en su totalidad del Amor.

Platón. (2005) Apología de Sócrates. México. Porrúa.


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